viernes, 20 de noviembre de 2009

Perplejidad

A veces la realidad que crees conocer no es tan mala. A veces solo hace falta pensar en: podría ser peor y así las cosas parecen más fáciles.

Yo creía que mi madre no se preocupaba demasiado por mi i me decía, bueno, está bien. Almenos no está encima de mí siempre (porque cuando lo está es insoportable).

Eso era lo que yo creía y aunque reconozco que tener una madre casi inexistente no era un gran aliciente, darme cuenta de todo lo que se ha estado cociendo me ha dejado aún más perpleja.
Mi madre es más lista de lo que pensaba. Y está claro que me pediré unos cuantos días libres. Héctor ni me preguntará el motivo si no, ya veo que no tiene escrúpulos.

Os contaré lo que ha pasado cuando tenga algo de tiempo para pensar y acabe de saber yo la verdad de todo el asunto.

Supongo que no es nada grave pero la sorpresa y la vergüenza me han dejado paralizada. Mi madre es única…



Siempre en tu mente
Coraline

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ignorancia o paranoia

Probablemente tengáis entendido que los domingos son para descansar. Pero no es así. Creo que a Héctor se le está pasando algo extraño por la cabeza. Desde hace unos meses nunca había aceptado hacer un seguimiento en domingo pero últimamente parece que los seguimientos en extrañas circunstancias se suceden. Sé que pasa algo fuera de lo normal, pero se me escapa.

Hoy ha sido un día agotador pero realmente agradezco haber estado entretenida porque si no me hubiera quedado en casa sin hacer nada. Está claro que tengo que poner un poco de atención en mi vida social o a mi pez Max (es otro Max... no sufrió), será al único ser vivo al que vea. Podría comprarme un ficus.

No sé si Héctor cuenta como persona con la que interactúo. Porque si, yo hablo, pero el no. Que se cuece bajo esa cabecita y esos ojos terroríficos? Realmente da miedo pero quiero saberlo porque sea como sea me afecta. (Nunca he sido cotilla. Estoy siendo cotilla?). Me siento como si me utilizarán para algo que va más allá de mi alcance, pero sé que eso no es más que mi imaginación exigiendo explicaciones de algo que quizás no tenga más explicación que un hombre adicto al trabajo, que se aburre i decide trabajar y trabajar más por lo que me necesita.

Para colmo mi madre no para de llamar. Parece que me controle y yo intento mantener el misterio diciéndole que estoy ocupada cuando no lo estoy i diciéndole que estoy haciendo footing cuando estoy trabajando. Quiero poner ese punto tan ínfimo de misterio en mi vida. Ya sé que no tiene mucho sentido pero eso es lo que pasa por mi mente últimamente. Tendría que buscarme alguna distracción de verdad.




Siempre en tu mente

Coraline

martes, 10 de noviembre de 2009

El frío es psicológico

Es algo que me digo a menudo. Evidentemente me lo digo cuando estoy hecha un cubito por la calle con la bufanda llegándome hasta los ojos, el gorro casi tapándomelos i tantas capas de ropa que apenas puedo moverme. Si fuera cierto que el frío es psicológico, o si consiguiera controlar mi mente delante de temperaturas bajas, me gastaría menos dinero en ropa. Entonces mientras estoy pensando, como ahora mismo, estas cosas me doy cuenta que el frío si tiene que ser psicológico porque aún llevando quinientas capas de ropa continuo teniendo frío cosa físicamente imposible, mi cuerpo con tanta capa cual cebolla tendría que haber alcanzado al menos 50 grados.
Y ahora pensando en esto solo espero, deseo (I wish) que esta sensación psicológica que es el frío, esa sensación que produce mi mente, se mantenga mientras los termómetros, día a día, vayan marcando temperaturas más i más gélidas. Porqué a pesar de todo, aún estamos a otoño.




Siempre en tu mente
Coraline

jueves, 5 de noviembre de 2009

Seguimiento demasiado temprano

Tengo tantísimo sueño y tan pocas ganas de hacer nada…

No me preguntéis por qué motivo, pero ayer fui a dormir muy muy tarde. Pero esa no es la razón por la que estoy somnolienta. Muchas veces por la noche no tengo sueño, me paso dando tumbos hasta las tantas y al dia siguiente estoy tan fresca. Porque hoy ha sido diferente?

Héctor.

No hacía demasiado que no lo nombraba en este blog? Ahora vuelve a ser digno de mención. Mi jefe ha llamado nada más i nada menos que a las cinco de la mañana (no diré cuantas horas hacia que dormía porque os cogería algo). El teléfono ha sonado con ese tono tan molesto de los fijos de toda la vida que no han conseguido llegar donde los móviles con una suave sintonía y claro, me ha despertado. Lo he cogido y le he hablado a mi jefe con una voz de dormida ahogada por la almohada:

–Diga? –he dicho yo sin saber quien llamaba.

–Soy Héctor. Escucha, te necesito ahora, un seguimiento.

He pegado un salto del susto de tener a Héctor al otro lado del hilo i me he avergonzado de ir en pijama (que cosas tiene la mente…). Héctor me ha dicho sin dejar espacio para mis quejas o razonamientos que teníamos que quedar rápidamente y que fuera sin falta.

Y claro… me he vestido y me he ido. En el primer intento me he dejado el equipo fotográfico en casa y a dos calles (recorridas al trote) me he dado cuenta y he vuelto corriendo a trompicones y casi sin ver nada del sueño que tenía y que aún me hace bostezar.

No sé cómo he conseguido hacer fotos y mucho menos se como Héctor estaba tan despierto. Solo espero que las fotos no hayan quedado visiblemente mal.


Siempre en tu mente

Coraline

lunes, 2 de noviembre de 2009

Casualidad

El universo está en mi contra, este es un hecho que de momento no puedo demostrar pero tampoco negar. Para poder contrarrestar este pequeño problemilla que tengo con todo lo que está a mi alrededor parece que algunas casualidades se suceden para hacerme la existencia algo más interesante, no se si más fácil… pero por lo menos me hacen pensar.
Una de esas casualidades tiene que ver con mi zapatilla izquierda, un escalón i un semáforo. Cada mañana me pasa lo mismo, al menos desde hace unos días, todos estos elementos participan y me pregunto si realmente es una casualidad o hay algo planeado detrás.
Salgo de casa con las zapatillas puestas (me pregunto que pasaría si me pusiera zapatos sin cordones), y echo a caminar con el reproductor de mp3 sonando. Nunca me acuerdo de: este es el semáforo, llegamos al punto crítico; hasta que me doy cuenta de que tengo el cordón de mi zapatilla izquierda desabrochado. En ese momento decido pararme i justo entonces tengo un escalón a mi izquierda donde puedo pararme y el semáforo se pone en rojo justo el tiempo suficiente para que vuelva a dejar el cordón bien atado en su sitio. Me levanto i voilà, semáforo en verde y puedo continuar mi camino.
Todo sigue igual, no ha pasado nada, pero creo que después de haber escrito esto, mañana no me pasará lo mismo, iré pensando durante todo el camino en mi zapatilla izquierda y quizás ni se desabroche.



Siempre en tu mente
Coraline