sábado, 9 de enero de 2010

Se acabaron las fiestas

Sé que quizá tendría que haber escrito antes, durante las vacaciones, pero he estado realmente ocupada con regalos, y aunque cueste creerlo, trabajo.
Estas fiestas han estado bien, he visto más a mi padre en estos días que en todo el año. Le he hablado mal a mi madre, he evitado a mi hermana y me he dado cuenta que sus niños me quieren mucho igualmente (espero que no sea solo por los regalos).
El nuevo año llego como todos, cada año, con doce campanadas y la tradición de las uvas, que hace falta recordar que no es demasiado antigua, solo se remonta a principios del siglo XX, así que... ¿que estamos haciendo? La verdad es que es una manera entretenida de ver sonar las doce campanada, si no, ¿qué íbamos a hacer? ¿Qué hacen en otros países?
Ahora se apagan las luces navideñas, la gente vuelve a sus trabajos, los adornos se descuelgan i el mundo parece esperar hasta las siguientes navidades para ser feliz i recapacitar. ¿Por qué cada año esperamos que el siguiente sea mejor que el anterior y no apreciamos un poquito más nuestras vivencias?