lunes, 12 de octubre de 2009

Paseando en la oscuridad

Hoy es lunes y no tengo nada que hacer aparte de vaguear. Aun así hoy, no se por qué extraño motivo, me he levantado temprano (muy temprano). La luz del sol apenas se insinuaba por detrás de los altos edificios de Barcelona, cosa de la que yo no me he dado cuenta. No sabía qué hora era y las persianas estaban bajadas. Pensaba que me había levantado como una persona normal.

Entonces es cuando he decidido salir a pasear y a desayunar. Al pisar la calle me ha recorrido un escalofrío, la calle estaba desierta y las farolas aún estaban encendidas. En ese momento he sacado el móvil y he comprobado horrorizada que era demasiado temprano para cualquier persona con alma y más en un día festivo como el de hoy.

Así que he empezado a andar para entrar en calor. Iba andando hacia ninguna parte, esperando que llegará una hora razonable para ir a tomarme mi capuchino de la mañana en la mejor cafetería del mundo.

He visto como ha empezado a salir la gente, no he mirado la hora en ningún momento pero sabia que el tiempo iba pasando. Primero ha salido el footing a la calle, casi todos a la vez acompañados de algún coche. He pensado que se tiene que tener mucho valor para hacer footing en Barcelona, sobretodo en una zona tan urbana. Luego han salido los abuelos a comprar el periódico y luego los no tan abuelos a hacer lo mismo. Han llegado poco después los que iban a comprar el pan para el desayuno y finalmente aquellos que iban con los niños a pasear.

En ese momento el sol ya había salido por completo i me he quitado la chaqueta. He pensado en mi capuchino y he recordado los instantes en los que he paseado casi por completo sola por Barcelona (no es algo que se pueda decir a menudo).




Siempre en tu mente
Coraline

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta la soledad de las urbes. Es algo extraño y mágico. El silencio de las calles y los comercios cerrados. Almas errantes.
Además conozco Barcelona bastante bien. Viví allí tres años.
Besos.

Marino Baler dijo...

Vaya, para mí madrugar un día de fiesta es poco menos que un sacrilegio. Entre semana me levanto a las 7:30 y reconozco que los sábados (que no trabajo) me gusta hacerlo un poco más tarde (las 8:30 está bien), pero un domingo o día de fiesta si que me gusta levantarme tarde, muy tarde.

Saludos.

Coraline dijo...

Parsimonia, bienvenida.
A mi tambien me gusta esa soledad tan escasa,aunque si solo tuvieramos esa soledad en las ciudades (y no el caos que tambien me gusta!)no lo valorariamos tanto. Por eso es tan magico, supongo, no?


Sí, para mi madrugar un dia de fiesta es lo más horrible del mundo por eso me disculpo al resto de mortales que hoy, por ejemplo, se han levantado temprano obligatoriamente.
Mi disculpa es que, no me di cuenta, simplemente me encontré totalmente despierta demasiado temprano.

Yopopolin dijo...

tiene que ser un lujazo pasear por Barcelona sin ningun ruido que te moleste, tu y tu misma sola, por las calles... me encanta Bcn!!

Coraline dijo...

A mi tambien! (creo que no hace falta decirlo... suelto mucho autobombo).