miércoles, 14 de octubre de 2009

¿Porque se caen las cosas?

No logro entender cual es el mecanismo que hace que todo salga estudiadamente mal a propósito. ¿Quien dijo que un escalón ha de interponerse en mi camino justo cuando me llaman y tengo que girar la cabeza? ¿Y quien dijo que la gravedad tenia que aplicar-se con estricto método a los líquidos?

Me pregunto: ¿Porque se caen las cosas?

Ahora no me vengáis con teorías científicas sobre la gravedad, porque no me refiero a eso. Me refiero a: ¿Quién decide que mi café se tenga que caer sobre mi mesa de trabajo?

Explicaré los hechos.

Esta mañana me he despertado más cansada de lo habitual porque ayer me quedé mirando la tele hasta muy tarde. Eso no hubiera importado en absoluto si no me hubiera dormido, pero sí, me he dormido y me he dado cuenta una vez estaba ya vestida de que no me daba tiempo de hacerme una cafetera.

“No importa” he pensado somnolienta.

No, no importaba (en teoría) porque (en teoría), tenia café de polvos.

Pero he abierto el armario y he empezado a buscar y a buscar y a buscar más. Así me he pasado más tiempo del recomendado para no llegar tarde. He mirado el reloj de la cocina y me he dado cuenta que debería haber salido cinco minutos antes.

Así que he desistido. He salido i he empezado a andar por la calle como un zombie sin rumbo, dirigiéndome a mi acogedor lugar de trabajo.

Se me ha encendido la lucecita a los dos minutos:

“Compra café, Coraline”

Era la solución perfecta, solo tenia que comprar un café para llevar y todo seria maravilloso.

He entrado en una cafetería (una de las mejores, que no la mejor) y me he plantado delante de la barra. Después de cinco minutos esperando, con la chica diciéndome:

–Hace cinco minutos esto estaba vacío. En un momento acabo.

Me he dado cuenta que no iba a terminar en quince minutos así que he salido, porque, llegaba muy tarde. Justo antes de llegar una cafetería se ha iluminado a mi paso. Nunca me había fijado en ella, pero es muy mona. Esta justo al lado de mi trabajo, no da miedo, solo necesitaría entrar i comprar el café. De hecho, lo he hecho.

He dado dos sorbitos. Estaba delicioso. No me podía creer que al fin tuviera mi café.

He decidido entrar, sentarme en mi mesa i tomármelo con tranquilidad i no de pie o mientras subía las escaleras. Así que esos dos sorbitos se han quedado solos.

He subido las escaleras, he abierto la puerta. He saludado a María a Martín i he visto la figura de Héctor en pie en su despacho a través del cristal translucido. He dejado el café sobre la mesa, me he quitado la chaqueta i me he dispuesto a colocarla sobre el respaldo de la silla. En ese momento han pasado dos cosas, a la vez. La chaqueta se ha caído y el teléfono ha sonado. He cogido el teléfono con una mano y con la otra el café para empezar a dar sorbitos. Pero no había nadie al teléfono. Lo he colgado i me he agachado para coger la chaqueta. He oído de lejos la puerta de Héctor abriéndose i mientras me levantaba… La colisión ha sido espectacular. El café ha volado por los aires Héctor casi no se movía i me miraba interrogante i yo me encogía para no sufrir otro golpe. El café finalmente ha caído encima de la mesa. Dejándonos a Héctor i a mi ( no se como) limpios.

–Lo siento –ha dicho él secamente, apartandose, dejándome roja de ira.

Ahora os pregunto: Porque ayer hacían ese programa en la tele que me hizo estar despierta i por tanto ha hecho que esta mañana me quedara dormida y por tanto que no pudiera hacerme café de maquina, además quien decidió que hoy no tendría café de polvos, que la cafetería de al lado de mi casa estaría llena (si lo hubiera comprado allí me lo hubiera tomado en el camino), que alguien (no identificado) llamara en el momento que se me caía la chaqueta que Héctor no saliera mientras yo hablaba por teléfono, sino cuando me levantaba i que ha pasado para que yo tuviera el café en la mano justo encima de mi mesa?

¿La fuerza del destino? ¿Un montón de casualidades? ¿O alguien que se divierte fastidiando?





Siempre en tu mente

Coraline

6 comentarios:

Marino Baler dijo...

Yo ya iba a darte una explicación física de la gravedad y todo eso pero he visto que no serviría de mucho.

¿No has oído hablar de la ley de Murphy? Si una cosa tiene que salir mal sale mal en el peor momento.

De todas formas si eres supersticiosa, consuelate en que estamos en vísperas pasadas de martes y 13 y si no lo eres pues piensa que has tenido un mal día.

Un saludo.

Coraline dijo...

Si, la ley de Murphy, he oido hablar de ella pero no quiero ni pensarlo... Sale mal en el peor momento... que desastre.

No creo ser supersticiosa y si, tuve un muy mal dia.

J dijo...

Que paranoica xd

J.

Yopopolin dijo...

si e sverdad, muchas veces te preguntas que sarta de acontecimientos tienen que darse para que ocurra una cotidianeidad cualquiera... jeje

ya sabes para la proxima...
bss

Coraline dijo...

Si, J, muuuy paranoica. Como no.

Yopopolin... me lo pregunto a diario... y para la proxima la verdad és que no se como lo evitaré... en estas ocasiones parece que el universo esté en mi contra.

Anónimo dijo...

El destino realmente se alió contra ti, jajaja.
Creo que se caiga un café estupendo a punto de ser bebido es una verdadera catástrofe anímica, sobre todo si te mueres de sueño.
Besos.