martes, 29 de septiembre de 2009

La magia de la lectura

Estoy tan enfrascada en un libro que no veo más allá de sus páginas. Capitulo tras capitulo, cada vez estoy más convencida de que la vida es emocionante, que en cualquier momento pasará algo asombroso y pienso en los hechos de mi vida que pueden parecer a los de una novela.

Mi trabajo por ejemplo. Nunca había pensado en cuanto me gustaba. Tener la esperanza de tener un caso importante y fundirme con las sombras. Un jefe misterioso que hace tiempo que no me habla... tendría que temerle? Que hace Héctor cuando investiga? Pasa desapercibido. Se esconde, se encierra y observa sin ser observado. Fantasear con que yo merezco ser objeto de investigación es demasiado y no creo que realmente me gustara pero esta y tantas otras cosas despiertan mi imaginación y hacen que leer una novela policiaca me lleve a involucrarme en la historia y con los personajes, me lleva a compararme con ellos. A descubrir cual seria yo y cual los que me rodean.

“Y si la mancha que hay en el techo es de sangre?” Pienso alzando la cabeza “Y si alguien se suicidó aquí? Desde cuando está?”

Vuelvo a enfrascarme en el libro, devoro paginas y miro de reojo la puerta del despacho de Héctor al oír movimiento. No veo más que su figura por entre el cristal translucido y vuelvo a leer. Oigo el teléfono pero esta vez no aparto la vista del papel, está interesante, muy interesante, tengo la sensación que dentro de unos segundos mi vida se va a solucionar, que voy a descubrir el misterio, la trama está a punto de resolverse.

–Es para ti –dice María mientras levanto la mirada fastidiada–. Es tu madre.

Adiós fantasías, misterio y soluciones. La burbuja estalla en un millón de gotitas que se dispersan a mi alrededor y veo a Martín comiéndose un bocadillo de una manera asquerosa y mi pequeño cubículo desordenado. No tenemos casos, no hay nada que hacer. Y además, mi madre está al teléfono.


Siempre en tu mente
Coraline

3 comentarios:

Elisabeth dijo...

Que horror despertar de repente de la fantasía de un buen libro.

Parece todo un personaje este Martín

Cuidadín con tu jefe, seguro que es alguien muy observador (por su trabajo), quien sabe lo que puede llegar a descubrir. Que miedo!

Que no te engañe el que no sea alguien cercano, seguramente está acostumbrado a ser alguien que no deja llamar la atención. ¿Quien sabe?

Lo de la paranoia de la mancha roja, anda que no he tenido yo de esas xd

Besos

Yopopolin dijo...

la magia de la lectura es indescriptible: te traspasa, te transporta y te transforma... ¿que otra cosa lo consigue? quizas el amor... pero de otra manera... xD

Encantado de saludarte!

Coraline dijo...

Elisabeth, mi paranoia me lleva a pensar en las cosas más emocionantes y a veces no me doy cuenta de que son siniestras... I miedo tengo de Héctor.

Yopopolin, bienvenido! realmente la lectura es imprescindible. Has descrito muy bien: te transforma.